martes, 3 de agosto de 2010

La noche de los bastones largos


Por Rogelio Alaniz

El 29 de julio de 1966 la Policía Federal irrumpió en las principales facultades de la Universidad de Buenos Aires y desalojó por la fuerza a estudiantes y docentes. La dictadura militar, autotitulada “Revolución Argentina”, cumplía un mes en el poder y el general Juan Carlos Onganía era su presidente y su profeta. El operativo policial estuvo a cargo del general Mario Fonseca que contó con la colaboración del general Eduardo Señorans, titular de la Side.

Ese mismo día el régimen militar había puesto en vigencia el decreto ley 16.912 que intervenía las universidades, derogaba la autonomía y el tripartito y exigía que los rectores y decanos se subordinasen al Ministerio del Interior. Las autoridades universitarias disponían de 48 horas para acatar lo resuelto. Inmediatamente se convocó a los consejos directivos y los estudiantes se movilizaron para tomar las facultades en señal de protesta. Onganía no respetó el plazo de 48 horas y esa misma noche ordenó a la Policía Federal que hiciera su trabajo.

Como dijera con su dudoso sentido del humor el Bebe Roth: “Los policías se dieron el gusto de pegarle una buena marimba de palos a los estudiantes”. Según las crónicas de la época, Señorans y Fonseca se habían quedado con la sangre en el ojo. Un par de semanas antes, un acto público de las Fuerzas Armadas para rendirle homenaje al general Roca había sido interrumpido por los estudiantes, justamente de Exactas, quienes desde las ventanas de la facultad habían arrojado monedas de un peso contra los uniformados. Los muchachos se justificaron después diciendo que había sido un chiste, pero ya se sabe que el sentido de humor de los militares no suele coincidir con el de los estudiantes.

La jornada del 29 de julio se conoció como “La noche de los bastones largos”. Así tituló en tapa la revista Primera Plana. Se dice que el actual periodista de Clarín, Julio Algañaraz, tuvo la ocurrencia. La referencia histórica fue “La noche de San Bartolomé”, la masacre de protestantes en París en el siglo XVI, “La noche de los cuchillos largos”, la masacre ordenada por Hitler contra los “Montoneros” del partido nazi y, por supuesto, “La noche de los cristales rotos”, la orden de Goering de destrozar las vidrieras de los negocios judíos. Diez años después de “La noche de los bastones largos”, llegará “La noche de los lápices”, el secuestro y muerte de estudiantes secundarios en La Plata, pero esa ya es otra historia. O, mejor dicho, otra noche.

Publicado por: Diario El Litoral.

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